El huracán Pokémon Go ha llegado a la gran Rusia. Millones de aficionados de todos el país capturando animales virtuales en un mundo a caballo entre la realidad y la virtualidad han levantado las alarmas en las altas cámaras de gobierno y son muchos sus detractores que temen estar sufriendo espionaje, según informa El Mundo. Y es que tanto en el Partido Comunista, como entre los líderes de la iglesia ortodoxa, este videojuego lanzado el pasado lunes en el territorio ruso está capturando a tantos opositores como seguidores, pues son varias las instituciones y empresas que han aprovechado el tirón del juego para promocionarse y se cree que también son muchas las organizaciones que podrían estar aprovechando el tirón para controlar y vigilar a la población.

Motivos de la acusación de espionaje

La premisa del videojuego es sencilla: buscar y capturar Pokémons en el mundo real para luchar y/o comerciar con ellos. Para ello, el videojuego hace uso del GPS del teléfono móvil, tablet o Ipad para ubicar al usuario en un mapa donde podrá ver dónde hay Pokeparadas que generalmente localizadas en lugares de interés turístico o religioso a fin de fomentar la visita de estos enclaves. En ellas se puede encontrar Pokémons próximos. Para cazarlos tendrá que encender la cámara de su móvil y la imagen del animal virtual aparecerá superpuesta sobre la escena real tras la lente. Esto último hace que se considere al juego como un ejemplo de realidad aumentada. El revuelo levantado por su lanzamiento viene a raíz de la reacción de la población, que ha descargado de forma gratuita y masiva Pokémon Go, y los aficionados se cuentan por millones. El videojuego pide acceso a la identidad del jugador, ubicación, cámara y archivos multimedia, así como la información de conexión de Bluetooth, incluyendo el envío y la obtención de información de dispositivos próximos mediante dicho canal.

Supuesto control y espionaje

La opinión pública de la élite política se presenta generalmente en contra. En palabras del vicepresidente de Defensa,

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Frank Klintsevich, se debe desvincular el juego de las instituciones religiosas, cárceles, hospitales, cementerios y monumentos históricos, mientras que desde el Partido Comunista se compara el videojuego con las drogas y el juego. El juego podría servir para “debilitar mentalmente a la población, concentrarla en zonas y crear disturbios”, afirmó el diputado Evgene Federov. Pero la más alarmista de todas las opiniones fue la del Ministro de Comunicaciones Nikolai Nikirofov, quien afirma que con Pokémon Go se ha creado una nueva forma de espionaje con la que están recogiendo información por todo el mundo. Alexander Dugin, ideólogo de profesión, ha acusado a la empresa desarrolladora del videojuego (Niantic) de estar relacionada con la CIA, y la alarma en el país ha llegado a tales extremos que todos los aficionados que jueguen a Pokémon Go durante las elecciones parlamentarias de septiembre en los colegios electorales podrían enfrentarse a sanciones e incluso retenciones.

Los peligros de Pokémon Go

Varias son las Pokeparadas localizadas en lugares emblemáticos de Rusia que ha fomentado la visita de un público más joven. Incluso el Kremlin está abierto a la cacería Pokémon, pero coleccionar estos animales virtuales no debería ser la razón principal para visitar el entorno del palacio presidencial, afirmó el portavoz de Putin. La Iglesia ortodoxa, por su parte, ha pedido que se desvincule el videojuego de los edificios religiosos alegando que suponen un peligro para la integridad humana y la espiritualidad de la población. Incluso los cosacos han ido más allá afirmando que introducir al pueblo en el mundo virtual es una iniciativa de Satán. Sea como fuere, son muchas las empresas que han aprovechado el revuelo para ganar adeptos. El banco Sberbank asegurará a los jugadores de Pokémon Go contra lesiones durante el desarrollo del juego con hasta 800 euros, mientras que el banco VTB24 dará dinero a los que se hagan una foto con un pokémon luciendo una tarjeta de crédito de la entidad.